viernes, 31 de mayo de 2013

LOUBOUTIN, JE T'AIME

Hace unos días una buena amiga me pidió a través de Facebook que escribiera la historia de Christian Louboutin. Me pareció una idea maravillosa pues creo que los bolsos y los zapatos, bien conjuntados, hacen que los looks más sencillos pasen a ser perfectos, explosivos, únicos e irrepetibles. Además, los fantásticos zapatos de suela roja figuran en mi lista de deseos antes de morir, así que ración doble de ilusión por escribir esta entrada.

¡Aquí empieza su historia!

El fabuloso diseñador parisino de familia humilde empezó a moverse por los teatros y clubs nocturnos de la ciudad con sólo doce años. Sus idas y venidas a los music-halls le permitieron darse a conocer y hacerse amigo de músicos y bailarines. Una amiga de entonces, le confesó que odiaba la pregunta "¿qué quieres ser de mayor?". Él, automáticamente, le respondió "yo quiero diseñar zapatos" cuenta Christian Louboutin en su propia página web. Poco después le pidió a su madre que lo sacara del colegio para matricularse en una escuela de costura en la que era el único chico y donde no duró más que un par de meses. 

Según él mismo, no aprendió nada del oficio pero sí aprendió a entender cómo iban a ser sus futuras clientas y qué era lo que ellas querían. A Louboutin nunca le pareció que diseñar zapatos iba a ser su oficio hasta que vio un catálogo de Roger Vivier, creador del stiletto. En ese momento, se le ocurrió que podía hacer un modelo de zapato para bailarinas que pudieran alargar sus piernas hasta el infinito. Aunque la respuesta a ese deseo fue nula pues era imposible de realizar y sumamente costoso. 

Aun así, siguió dibujando. Hasta que un día, cuando tenía 18 años decidió llamar a las oficinas de Christian Dior para hablar con el director artístico. Cuando le preguntaron de parte de quién, él respondió: Christian Louboutin. Esa respuesta, por aquél entonces, tenía otro significado: nadie. 

Al teléfono se puso la condesa Hélène de Mortemart, que le ofreció la oportunidad de enseñarle la colección de zapatos que tenía dibujados. Cuando la condesa los vio, le ofreció unas prácticas en Charles Jourdan, empresa proveedora de la casa Dior. Para Louboutin, ella fue "mi primera hada madrina". 

"En Jourdan me trataron fatal. Resultaba exasperante ver a esas personas que se pasaban el día marcando páginas de revistas para inspirarse mientras que yo encarnaba la idea de la moda en términos de creatividad e inventiva" cuenta el famoso zapatero en una entrevista concedida a Eric Reinhardt. Sin embargo, fue en ese contexto donde surgió su faceta de diseñador. 

Después de unas vacaciones, al volver a las oficinas Christian Louboutin se encontró sus prototipos quemados. Nunca recibió una explicación sobre ese suceso pero él decidió marcharse sucumbiendo a la tentación de ver primero las colecciones siguientes comprobando que sus ideas estaban en todas partes. Tras su paso por Dior, también colaboró con otras casas como Chanel e Yves Saint Laurent

Un día, cuando se sintió cansado de trabajar para otros, se empezó a dedicar al paisajismo diseñando terrazas de París y de Nueva York, hasta que un conocido le comentó que había encontrado un lugar perfecto para una tienda de zapatos. Se trataba de un lugar propio de una película americana de los años 50. 

En 1992, poco después de abrir su primera tienda, la revista norteamericana W incluyó una guía-reportaje sobre lugares a los que acudir en París. Y ahí estaba la imagen de la tienda de Christian Louboutin con Carolina de Mónaco comprando unos zapatos. Esto le sirvió para sumarse a otros genios de la zapatería como Manolo Blahnik o Jimmy Choo. 

Pero, lo que verdaderamente me ha gustado de esta historia, ¿queréis saberlo? ¡Pues allá va! ¿Os imagináis de dónde nace la idea de una suela roja? Christian Louboutin miró un día uno de sus zapatos y pensó que les faltaba algo, les faltaba energía. Entonces, en un arrebato de creatividad, cogió un pintauñas de color rojo italiano de Chanel y pintó la suela por completo. ¿No es increíble? Desde entonces, todos los modelos tienen ese color y nadie ha logrado convencerlo de cambiar ese fortuito detalle aunque el modelo o el color del zapato no le correspondan. Ese toque de pintauñas le ha valido absolutamente para llenar su cuenta bancaria. ¡Chapeau, ma chaussure rouge! (¡Bravo, mi zapatero rojo!)



Mis modelos favoritos (no me refiero al color -porque los tendría en todos los colores-, sino al modelo):

Pigalle de 120mm. El más sofisticado, el modelo más emblemático de la casa. Perfectos. 

Lady Peep Strass de 150mm. Siempre he dicho que me casaré llevando unos Louboutin. Quizás sean estos... 
Dafbooty de 160mm. Ideales para días de invierno para ir sexy con un pitillo oscuro, por ejemplo.

Hot Lita Calf de 140mm. Ideales para verano y seguro que muy cómodos. 

El precio de estas joyas va desde los 600 euros hasta los 1.200 o más. Para las que tienen un par ya es una suerte, pero las que tienen el armario lleno... ¡Qué mal repartido está el mundo!

Espero que os haya gustado. 

Besos, 
B.



1 comentario:

  1. Te adoro ! Que fantastico post !! A los 18 empezo con su carrera , desde la humildad , y a día de hoy , es una de las personas mas adoradas y valoradas en el mundo del glamour , lujo y celebrities . Nunca hubiera pensado que la suela roja hubiese salido de un pintauñas ! Hihi
    Enhorabuena por el post . A cualquier chica con tendencia a "it girl" le encantara !

    Gracias y larga vida a laperlaperegrina ❤

    xxx
    Andrea Posas.

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